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manejo de la mosca de alas manchadas

Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
Centro Regional Entre Ríos
Estación Experimental Agropecuaria Concordia
Manejo de la mosca de alas manchadas, Drosophila suzukii, en
plantaciones de arándano del noreste entrerriano
Elaborado por: Ing. Agr. Valeria Viana y Dr. Juan Pedro Bouvet
Uno de los factores limitantes de la producción frutícola de nuestro país son las plagas,
algunas de ellas con importancia cuarentenaria, como las moscas de la fruta. Las especies de
mayor importancia son la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) y la mosca sudamericana
(Anastrepha fraterculus) y, desde el año 2014 se suma a este complejo de plagas una especie
nueva, la mosca de ala manchada, Drosophila suzukii (Matsumura).
Las moscas del género Drosophila en su mayoría no son consideradas plagas de la
agricultura, son conocidas por consumir microorganismos asociados a tejidos vegetales en
descomposición. Sin embargo, la mosca de las alas manchadas, es una de las pocas excepciones
en cuanto a sus hábitos alimentarios. Se alimenta de fruta madura y las hembras cuentan con
un ovipositor de gran tamaño, que le permite perforar la piel de la fruta sana para poner sus
huevos.
Es una especie originaria del sudeste asiático, que se la conocía como mosquita del
cerezo, ya que fue descripta por primera vez en Japón, sobre este frutal. Sin embargo, en los
últimos años, la plaga ha experimentado una vertiginosa expansión por todo el mundo. En 2008
se registraron fuertes invasiones a Europa y EEUU, y a partir de 2013 comienza a detectarse en
Sudamérica, específicamente en Brasil. De allí en más, la plaga invade rápidamente Argentina,
Chile y Uruguay, provocando importantes daños en cultivos de frutas finas tales como arándano,
cereza, frambuesa, frutilla y zarzamora.
En Argentina, D. suzukii fue hallada por primera vez en el año 2014, casi
simultáneamente en Río Negro sobre frambuesa y en Buenos Aires sobre arándano. En los años
subsiguientes, la plaga se dispersó prácticamente por todo el país.
Fuente: Revista TecnoAgro N°127, año 2018.
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Ciclo biológico
Drosophila suzukii como todas las moscas, presenta un ciclo de vida Holometábolo, es
decir, su metamorfosis es completa, pasando por los estadios de huevo, larva, pupa y adulto
(Fig. 1.). La duración del ciclo de vida depende de las condiciones climáticas, pudiendo ser de 9
a 12 días a temperaturas cercanas a los 21°C. La especie produce varias generaciones al año,
cuyo número varía de acuerdo a la temperatura y humedad de la región donde se encuentre.
Los adultos son de vida libre y se alimentan de jugos azucarados. Después de la copula,
las hembras buscan frutos sanos y maduros para colocar sus huevos, para lo cual, utiliza su
ovipositor con forma de sierra que le permite perforar fácilmente los frutos (Fig. 2). Cada hembra
deposita de 1 a 3 huevos por sitio de oviposición, 21 huevos por día y un promedio de 380 huevos
durante toda su vida. Luego de unos días, los huevos eclosionan y las larvas se alimentan de la
pulpa de la fruta. La etapa de pupa puede ocurrir tanto dentro del fruto afectado como en el
suelo, y es cuando la larva sufre su metamorfosis y se transforma en adulto.
Los adultos pueden vivir de 20 a 30 días y en este estadio pasan el invierno. Algunos de
ellos suelen estar activos durante los días de invierno cálidos y se ha observado que estos adultos
invernantes pueden sobrevivir más de 200 días.
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Macho y hembra de la mosca de alas manchadas, Drosophila suzukii. Fuente: base de datos de la
EPPO (Organización Europea y Mediterránea de Protección de las Plantas.
Descripción
Los adultos miden entre 2-3 mm de longitud y presentan ojos rojos, la coloración del
tórax es amarillo claro o parduzco y el abdomen tiene bandas negras. Los machos tienen unas
manchas oscuras en las alas muy características (lo que le otorga el nombre mosca de alas
manchadas) y dos peines sexuales en las patas delanteras permiten diferenciarlo de machos de
otras especies de drosofilas. Para identificar a las hembras es necesario usar lupa con mayor
aumento, estas carecen de manchas y peines, pero es característico su ovipositor de gran
tamaño y fuertemente aserrado que le permite cortar la piel de la fruta sana.
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Figura. 2. Macho y hembra de la mosca de alas manchadas (cortesía de John Obermeyer, Purdue
University).
Daños
El daño directo producido por esta plaga es la pérdida de la producción y ocurre cuando
las hembras cortan la piel de la fruta para poner los huevos, facilitando infecciones secundarias
causadas por hongos y bacterias que contribuyen a un mayor deterioro del fruto. Las larvas al
nacer y alimentarse de la fruta, también generan el ambiente propicio para el ingreso de las
levaduras responsables de la fermentación del fruto. El estado del fruto en descomposición
atrae a otros drosofílidos, que a su vez aceleran el proceso.
Las larvas se desarrollan rápidamente dentro del fruto, los síntomas de su presencia son
las heridas de considerable tamaño, ablandamiento, arrugamiento y caída prematura de los
frutos.
Figura. 3: Daños de D. suzukii en: AB) Cereza; CDE) Arándano. Créditos: A) Ward Strong, Ministry of
Forests, Lands and Natural Resource Operations (Canadá). B) Andreu Vila. C) y E) Hauser (3).
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El daño que producen también indirectamente, es el aumento de los costos de
producción por las medidas de control que deben ser implementadas. Además, la sola presencia
de esta plaga en el cultivo puede disminuir la competitividad en los mercados, sobre todo en
aquellos países que realizan cuarentena para esta especie.
Hospederos
El rango de plantas que pueden ser afectadas por la mosca de alas manchadas es amplio
y diverso. Tienen preferencia por aquellos frutos que poseen la piel fina (cultivados o silvestres)
y estén próximos a la maduración.
El impacto económico que puede causar la mosca varía según la especie frutal
hospedante y sus variedades, por ejemplo, en cerezo puede afectar desde el 10% al 90% de la
producción, implicando una pérdida económica elevada. En la siguiente tabla se observa la
preferencia o nivel de daño en los cultivos según varios autores.
Tabla 1: Susceptibilidad de diferentes frutales según: SENASICA. 2013. y Berry JA. 2012.
Frutal
Riesgo
Cereza
Alto
Frambuesas
Alto
Zarzamoras
Alto
Frutilla
Alto
Arándanos
Alto
Uva
Alto
Durazno
Medio
Damasco
Medio
Ciruela
Medio
Pera
Medio
Manzana
Medio
Higo
Bajo
Kiwi
Bajo
Nectarina
Bajo
Mora
Bajo
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Factores limitantes y reguladores
Los factores limitantes son aquellos que determinan el establecimiento de una
población de una especie en un lugar determinado, se relacionan principalmente con el clima y
en el caso de una plaga con su planta hospedera. La mosca de alas manchadas posee tolerancia
a diferentes condiciones climáticas, los límites térmicos para su desarrollo oscilan entre los 10°C
y 30°C, presentando mayor actividad entre los 20°C y 25°C. La humedad relativa (HR) también
es una limitante, los altos porcentajes de HR favorecen el desarrollo y supervivencia. El viento
es otra de las condiciones climáticas que favorecen su dispersión, ya que son moscas de pequeño
tamaño.
Las condiciones climáticas y la interacción con su hospedero y otros organismos, son los factores que
determinan que una plaga se establezca y desarrolle en una nueva región.
Los factores reguladores son aquellos que influyen en la fluctuación de la población en
el lugar donde se establecen. Principalmente estas moscas se ven reguladas mediante la
competencia con otras moscas de la fruta por el recurso donde oviponen y también por la acción
de los enemigos naturales.
Monitoreo
El monitoreo es el paso más importante para poder determinar la presencia de D.
suzukii. Es necesario monitorear cuidadosamente esta plaga durante todo el año, tanto en
cultivos comerciales como en hospederos alternativos (moras, guayabas, pintangas, etc),
especialmente si éstos se encuentran cercanos a lotes de frutales susceptibles. De esta manera,
conociendo los niveles y la dinámica poblacional de la plaga en cada zona, se puede definir
estrategias de manejo.
En Argentina, aún no se encuentra establecido el tipo de trampa ni el atrayente
específico para el monitoreo de esta plaga. Actualmente se realiza mediante el uso de trampas
tanto transparentes como de color rojo, con atrayentes alimenticios.
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Se han probado cebos que se utilizan para otros drosofílidos, como la banana madura,
puré de frutilla, jugo de cereza, aceite de citronella, aceite de geranio, sidra de manzana, vinagre
de manzana, vino de cereza, azúcar y mezclas de levadura/azúcar/agua. Algunos ensayos que se
han realizado en la región, muestran que el vinagre de manzana es el cebo que presenta buena
efectividad, es de práctico manejo y de bajo costo.
En cuanto a las trampas, existen diferentes colores y formas, que pueden repercutir en
el rendimiento del trampeo. Así, por ejemplo, trampas de color rojo y negro resultaron más
atractivas. Sin embargo, en términos generales, la eficiencia del trampeo depende más de la
formulación del atrayente alimenticio que del color de la trampa.
El monitoreo utilizando trampas rojas y vinagre de manzana, es el más efectivo hasta el momento.
Medidas de control
Control químico
Si bien a nivel mundial existen diversos estudios que han evaluado el efecto de
diferentes principios activos sobre el control de D. suzukii, en Argentina aún ninguno de ellos
está autorizado para el cultivo de arándanos. Además de ello, existe un número limitado de
insecticidas que se puede utilizar en el control de esta plaga en producción integrada, y muy
pocos en producción orgánica.
Control cultural
Las prácticas de control cultural suelen ser menospreciadas, pero evitan que las
poblaciones de moscas de la fruta se establezcan y causen daños en las campañas de cosecha
posteriores. Por tanto, se recomienda:
• Eliminar las fuentes de alimento, ya sea de hospederos alternativos cerca del cultivo,
como la fruta del cultivo que no se comercializa.
• Gestionar correctamente el traslado de la fruta, evitando que las moscas ovipongan en
los lugares de acopio de fruta.
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Limpieza de las herramientas y maquinaria, las moscas de alas manchadas pueden
empupar en diversos sitios, la limpieza es esencial para reducir el riesgo de dispersar la
plaga si está presente.
Evitar plantaciones abandonadas, la gestión de lotes sin manejo es sumamente
importante para reducir las poblaciones de las moscas de la fruta, ya que actúan como
fuente de inóculo.
Manejo de huéspedes ornamentales y silvestres, estas plantas suelen utilizarse como
cortinas o en los jardines de las casas, también pueden actuar como fuentes de inóculo
de moscas de la fruta.
Conocer los puntos de entrada y movimientos de la plaga. Mediante el monitoreo
periódico se puede localizar sitios dentro de los establecimientos por donde ingresan y
que utilizan como refugios. Teniendo identificados estos lugares, se puede concentrar
las técnicas de manejo para que las moscas no se dispersen.
Comunicación con los vecinos, es muy importante llevar a delante medidas de manejo
con una perspectiva zonal o regional para el que control sea efectivo.
Trampeo masivo
Una alternativa de control de las moscas de la fruta, considerada de bajo impacto
ambiental, ya que no se aplica en el agroecosistema ningún producto, es el trampeo masivo.
Consiste en colocar una alta densidad de trampas con un atrayente lo más específico posible y
de esta forma capturar la mayor cantidad de hembras posibles antes de que produzcan daño en
la fruta. Esta técnica se ha probado e implementado en la región y tiene resultados promisorios,
pero debe ser complementada con otras medidas de control para que sea efectiva.
Control físico
Las barreras físicas o mallas, podrían ser una alternativa especialmente para cultivos
orgánicos y lotes pequeños. Estas redes y mallas plásticas se usan para aislar el cultivo. Dicho
método es eficaz, aunque costoso y estará determinado por la rentabilidad del cultivo, la
variedad a proteger (principalmente tempranas o cuyo pico de producción se superponga con
el de la plaga) y el mercado al cual va destinada la fruta.
Control biológico
Dentro de los enemigos naturales que se han observado hasta el momento, afectando
a las poblaciones de D. suzukii se pueden mencionar a los hongos entomopatógenos como
Bauveria bassiana, ampliamente difundida y muy utilizada como agente de control de
numerosas plagas agrícolas. Además, se han registrado algunas especies de parasitoides
pertenecientes a la familia Figitidae. En Tucumán, se ha registrado la presencia de los géneros
Deucolia y Ganaspis. Justamente, al género Ganaspis pertenece el principal parasitoide de D.
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suzukii en Japón, que ataca larvas ubicadas en el interior de frutos, que aún están en el árbol o
en el suelo.
Control genético
La implementación de la Técnica del Insecto Estéril (TIE), consiste en producir machos
estériles de D. suzukii en laboratorio para ser liberados en los cultivos de interés. De este modo,
compiten con los machos silvestres por aparearse con hembras fértiles y estas, por lo tanto,
generan una menor descendencia o nula. Actualmente, se está ajustando la metodología para
esta especie de moscas en la Bioplanta del Iscamen (Mendoza).
Bibliografía
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manchadas, Drosophila suzukii (matsamura), nueva plaga de las frutas finas en
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General de Sanidad Vegetal - Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica
Fitosanitaria. México, D.F. Ficha Técnica. 7: 22.
Berry JA. 2012. Pest Risk Assessment: Drosophila suzukii: spotted wing drosophila
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